Cuando termino la dictadura los usuarios o consumidores, pensamos que nos libraríamos de la dictadura del tendero del barrio, del monopolio de Telefónica, de Campsa, de los negocios familiares de los dictadores, de los señores feudales del campo y las industrias, que ponían los precios y los salarios a su imagen y semejanza, pero siempre en perjuicio de las clases menos pudientes “los trabajadores”. Si se te ocurría protestar, por respuesta recibías una somanta de palos “por rojo”.
Al llegar la democracia pensamos que los derechos de los usuarios y consumidores sufrirían un cambio drástico, y evidentemente ha si ha sido, se han constituido los Defensores del Ciudadano o mejor dicho, “los Defensores Contra el Ciudadano”, hay algunos ejemplos donde en el lugar de defender al consumidor o usuario, defienden los intereses políticos de quienes los han nombrado, y detrás de estos, están los poderes económicos que les han apoyado para conseguir el poder, sindo evidente que están en contra de los intereses de los consumidores o usuarios.
Ante cualquier atrocidad de envergadura que comete cualquier poder, el ciudadano por mucho que nos quieran vender esta indefenso, pondré algunos ejemplos:
Ejemplo de reclamación ante un Ayuntamiento por una sanción de tráfico. Yo pensé que la presunción de inocencia de los ciudadanos estaba considerada en la Constitución, pues va ha ser que no, si un policía municipal dice que tu has cometido una infracción, aunque justifiques que tu y el vehículo no estabas en el lugar de los hechos, la información del policía es más importante que la del ciudadano. Si te atreves a seguir hacia adelante, te encuentras con un juicio que te cuesta 5 veces más que la multa. Ante esta situación las autoridades lo tienen claro, leña al mono que es de goma y lo aguanta todo.
Ejemplo de reclamación ante una empresa que distribuye gas natural. Si caes en sus garras, lo tienes claro, tu único derecho es pagar. Si se te ocurre por ejemplo, saber por qué te cobran 20 € anuales por amortizar la instalación, donde esta el contrato de la comunidad, etc, etc., terminas como en el ejemplo anterior, en los juzgados y con un coste que no puedes hacer.
De los ejemplos de las telefónicas, los distribuidores de energía y combustibles, de la asistencia sanitaria, de la educación, etc, etc, no merece la pena ni hablar.
Espero que los consumidores y usuarios algún día pasemos de ser esclavos, a respetaos ciudadanos, pero de verdad.
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