¿REFORMA LABORAL, O DERRIBO LABORAL?.

Cuando la gente corriente hace reformas, por ejemplo en su casa, las efectúa para mejorar su calidad de vida y la de todos los que conviven bajo el mismo techo, sin embargo la gente “no corriente”, nuestros gobernantes, cuando hacen una reforma, y en este caso “La Reforma Laboral”, la efectúan para mejorar las condiciones de unos pocos, los más pudientes, en perjuicio de la mayoría, los asalariados.
Nuestros gobernantes piensan que los trabajadores asalariados de este país somos tontos, sino cómo se explica que la indemnización por despido improcedente se reduce para los contratos indefinidos de 45 a 33 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades (hasta ahora eran 42), esta nueva indemnización no tendrá carácter retroactivo y se aplicará solo a los nuevos contratos. Esto que parece tan injusto, pues se supone que crea dos tipos de asalariados, los “privilegiados de antes de la reforma”, y “los pobrecitos de después de la reforma”, no es cierto, pues analizando los distintos tipos de despidos aprobados por la reforma, a los asalariados de antes y a los de ahora, se les puede echar a la calle en las mismas condiciones, ¡y claro está!, las condiciones serán las más favorables para el empresario, que como siempre ha ocurrido, están en contraposición con las de los trabajadores. Reducir la indemnización a 33 días no va a favorecer el empleo teniendo en cuenta que cuando todavía era de 45 días se ha despedido a mucha gente.
Señoras y señores gobernantes, ¿quieren hacernos creer que el líquido de color blanco que hay en una botella con una vaca pintada, no es “leche de vaca”, sino “horchata de chufa”?, pues bien, sepan que la chufa estriñe, y cuando uno va estreñido está muy molesto, se cabrea y hace lo que sea para aliviar sus necesidades.
Los asalariados no podemos creernos que con esta reforma se generará más empleo, sino todo lo contrario. La regla de tres que los asalariados entendemos para generar empleo es, a mayor estabilidad en el empleo, más productividad, mayor consumo y mayor movimiento del capital mejorando la sociedad del bienestar. Esta de regla de tres es inversa a la usada por los empresarios que es, a menor estabilidad en el empleo, menor poder de los asalariados, menor bienestar social y por supuesto lo que rompe la regla de tres, mayor poder y mayores beneficios.
Desde que entramos en el euro, los asalariados hemos perdido poder adquisitivo, y lo que es peor, cada gobierno que ha estado en el poder a recortado nuestros derechos, llegando al extremo de ser una mera mercancía, un medio o un elemento dentro de un proceso productivo, sin ningún valor humano, sólo un simple valor mercantil medido en términos de productividad. Un ejemplo lo tenemos en el interés que los empresarios tienen por desprenderse de la gente con más de 50 años, alegando que no son productivos, lo chocante de esto es que lo dicen empresarios con más de 50 años, ¿no será que estos respetables señores empresarios mayores, no tienen el valor de enfrentarse con un trabajador que tiene consigo un montón de experiencia y puede generarle problemas?, lo más fácil es manipular a los jóvenes sin experiencia, y si además los tienes oprimidos por la ley, el orgasmo es mayúsculo.
Para rematar el artículo, quiero usar unas declaraciones del señor Rodrigo Rato, presidente de Bankia, Rato dijo que estaba contento por la reforma laboral, y que los políticos de este país estaban mal pagados. Sin comentarios, elementos como este son los que gobiernan la economía de nuestro país y nuestro destino.
¡Nos veremos en la calle!.

INTRODUCCIÓN ENTREVISTA DE ÁNGEL TEBAR PEÑARANDA

Para presentar a nuestro invitado, tengo que poner mi máquina del tiempo en funcionamiento y retrotraerme en el pasado casi 50 años, cuando yo era un joven de 15 años, y en la televisión se comenzaba a hablar del alpinismo, por que un señor con una nariz muy larga y aguileña, nos encandilo a todos a través de un programa que, creo se llamaba un millón para el mejor, me va a perdonar este señor alpinista, pero como dice mi leal y querida colaboradora Loli, hoy no me he tomado la pastilla y soy incapaz de recordar su nombre, pero seguramente a quien hoy vamos a entrevistar nos lo podrá decir.

Con quien hoy tenemos el placer de compartir estos micrófonos, es alguien que por los años 70 comienza sus andanzas o mejor dicho, sus escaladas, por las montañas de Groenlandia, después el Aconcagua y el Kilimanjaro. Cuando se le terminan las fuerzas o el dinero ¡creo que lo segundo!, decide asentar sus inquietudes en unas sierras muy cercanas a nuestra Comunidad Valenciana, “las sierras de Gudar y Javalambre”, situadas en la tierras de nuestros vecinos de Teruel, ¡buena gente esos maños!. Siempre está en mi recuerdo ese mañico ejemplo de honestidad y trabajo llamado José Antonio Labordeta, hombre que debería ser imitado por muchos de nuestros actuales políticos.
Para presentar a nuestro invitado he tenido la suerte de que en mis manos cayera un libro titulado “La nieve de Teruel, Javalambre y Valdelinares”, de Alberto Martínez Embid. Ojeando en su interior me han venido recuerdos de mi juventud, cuando íbamos a Valdelinares, ¡¡a la nieve!!, en plan de excursión de domingo con mis amigos o mi novia, en aquellos coches de antes, sin casi calefacción y sin cadenas o en autocares con ventanillas, era increíble. Lo de los esquís era para privilegiados o “hijos de papa”, nosotros siempre nos deslizábamos con bolsas de plástico o trozos de madera, y como era de suponer, siempre regresábamos con algún herido de guerra, una pierna o un brazo roto o lastimado, y todos con las zapatillas de deportes y la ropa caladas hasta los huesos, porque, eso de comprarse unas botas para la nieve o ropa para esquiar, no existía en España.
Recuerdo que por los 90, todos los años iba con mis hijos y mis sobrinos un día a la nieve, pero como eso de esquiar no era lo nuestro, pues nuestro propósito era pasar un día de familia en la nieve, íbamos a la sierra de Javalambre. Era increíble ver disfrutar a los chiquillos en la nieve, e incluso algún cuñado trastornado deslizarse por a ladera de una montaña nevada encima de una mesa de playa, el golpe que se dio fue espectacular, la mesa termino desintegrada, y él con la cabeza clavada en la tierra y las piernas hacia arriba. Fueron unas jornadas inolvidables para todos.
Pero bueno voy a dejar de hablar de mí y hablare de quien hoy tenemos entre nosotros. Gracias a él, hoy en día Valdelinares y Javalambre son un punto de referencia para el esquí en España y sobre todo para la Comunidad Valenciana, él ha sido uno de los pioneros que ha conseguido que el esquí no sea un deporte para unos pocos, sino para todos, consiguiendo unas infraestructuras en las pistas de esquí y en sus entorno envidiables, que esperamos sean mantenidas en el tiempo.
Hoy está con nosotros un joven de unos 70 años, pero con el mismo espíritu de luchador que cuando tenía 20 años, su nombre es Ángel Tebar Peñaranda.