Maldigo a los constructores de la torre de Babel.
Maldigo a quien usa la lengua y las palabras para levantar fronteras, armas y banderas.
Admiro a los hombres y mujeres que derrumban fronteras y torres con las palabras.
Admiro a los hombres y mujeres que usan la palabra en lugar de las banderas y las armas.
Maldigo a quien usa las palabras para humillar, para someter, para engañar.
Admiro a las mujeres y los hombres que usan las palabras para amar, para liberar, para ayudar.
Maldigo a quien usa las palabras para empobrecer a los pueblos.
Admiro a las mujeres y los hombres que enriquecen a los pueblos con la cultura de las palabras y la lengua.
Maldigo a los hombres y mujeres que usan las palabras vacías y sin sentido.
Admiro a los hombres y mujeres que usan las palabras.
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