
Intervinieron:
Esther
Franco (diputada autonómica del Partido Popular)
Manuel Lubari
(secretariado de integración PSPV)
Gloria
Marcos (representante de EU)
Josep Maria Pañella (diputat
Compromís, CortsValencianes).
Las
intervenciones de la mayoría de los representantes políticos fueron lamentables,
y me explico:
La
Sr. Franco (diputada del PP) baso su exposición en que la culpa de la situación
del Sáhara la tenían los del PSOE, y que ellos estaban muy contentos con las
ayudas y las actuaciones políticas realizadas, no sé si se estaba refiriendo a
las cuchillas que han colocado en las vallas para disuadir a esos que ellos
dicen ayudar, o a los recortes en ayudas básicas como la sanidad que sufrimos
las familias de acogida de niños saharauis. Su exposición fue vacía de
contenido y sin ninguna esperanza.
La
exposición del representante del PSOE Sr. Lubari sólo tenía una calificación
“impresentable”, el Sr. Lubari, ni sabía lo que decía ni sabía por qué estaba
en esa mesa redonda.
La
exposición del Sr. Pañella diputado de Compromis fue como ese rollo que tienes que
aguantar al abuelo cebolleta, donde no se sabe de qué habla y menos cuando
terminara el rollo. Yo me entere de la finalización del rollo cuando me
despertaron unos tímidos aplausos.
Solo
la exposición de la diputa del EU Gloría Marcos tuvo interés, pues se baso en
destapar las vergüenzas políticas del PSOE y el PP en este asunto, y en
proponer soluciones.
Mi
intervención duro escasamente un minuto, y consistió en reprochar a la Sra.
Franco el haber abandonado al pueblo saharaui en manos del dictador marroquí, y
que sin embargo el PP mandara a la flota de guerra para defender el honor
español en la roca del Perejil, donde el único interés existente es el una
cabra y poco más. No le quise recordar por respeto que tenían en sus filas
hasta hace bien poco, a un imputado por meter la mano en la caja de la ayuda a
los países subdesarrollados y gastárselo en yates, mansiones y coches de lujo. Respecto
del representante del PSOE, mi comentario fue, “si no os enterasteis de lo que
pasaba en España con la crisis, ¡como os ibas a enterar de lo que pasaba en el
Sahara!”. Del resto de los participantes no merecieron ningún comentario.
Termine
mi exposición invitando a todos los participantes que mirasen una fotografía
que había en la sala. En la fotografía se podía ver a dos niños jugando en el
desierto, sus caras mostraban la alegría y la inocencia de su niñez, pero a su
alrededor solo había desierto, y eso es
lo que el futuro les tiene guardado,
desesperanza e impotencia.
Las
familias que hemos tenido la suerte de tener niños saharauis sabemos la dureza
que supone vivir en el desierto, y la tristeza mezclada con impotencia y rabia
que nos producen declaraciones y posturas políticas como las expuestas en la
mesa redonda.
Mi
consejo a nuestros políticos es que miren a los ojos a un niño saharaui, etíope
o de cualquier parte del mundo y que luego miren los ojos de sus hijos, sin no
encuentran diferencias o no saben solucionar las diferencias no deben estar en
política ni un minuto.
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