El
señor Montoro Ministro de Hacienda profecito el otro día que el PP volverá a
ganar las elecciones “porque los mercados no son gilipollas”. Esta profecía a
parte de preocuparme (por no decir encabronarme) me hizo reflexionar sobre “porque
los mercados no son gilipollas”.
Para
empezar a entender “por qué los mercados no son gilipollas”, comenzaremos por
entender que son “los mercados”. Antes de la gran estafa de la globalización, la gente cuando hablaba de
mercado se refería a ese lugar donde íbamos a comprar y podías mirar a la cara al vendedor, reprochándole que era un
ladrón si pretendía engañarte, eligiendo si le comprabas o no el producto que
ofrecía y que además tu podías ver. Esos mercados han sido sustituidos por los
“supermercados”, sistema de venta donde tragas con lo que hay y al precio que
ellos quieren, y sin protestar, que si lo haces no te hacen ni puto caso, pero eso
sí, siempre con una sonrisa de oreja a oreja como si fueras tonto o mejor dicho
“gilipollas”. El término “mercado” ahora con la globalización y usando el
lenguaje de estos que nos gobiernan, se aplica a “no se sabe que ente etéreo
donde radica el poder del mundo”, pues
bien, ese “ente etéreo” tiene nombre y apellidos, “los bancos especuladores y
las multinacionales”.
Una
vez aclarada la definición de mercado debemos entender “porque no son
gilipollas”. Los bancos especuladores y las multinacionales han gestado la
estafa más grande de la historia, consistente en prestar dinero a unos bancos
gobernados por políticos, y que estos a su vez prestaban el dinero a unos
especuladores que lo único que hacían eran doblar o triplicar el valor del
producto que vendían, y llevarse los beneficios a paraísos fiscales controlados
por los bancos especuladores. Los que compraban el producto pedían los
préstamos a los bancos gobernados por los políticos, cerrando de esta manera el
círculo de la estafa. Cuando los mercados han entendido que la estafa estaba
atada y bien atada, empiezan a apretar la cuerda, comenzando por pedir el
dinero prestado a los bancos gobernados por los políticos, pero claro está, en
las cajas de los bancos no hay ni un euro, se lo han llevado los especuladores,
lo único que hay son hipotecas y papeles que no sirven para nada, pero claro
está la pasta hay que devolverla. Como nuestros gobernantes están donde están
porque los han puesto los especuladores, no pueden decir quién tiene la pasta y
donde esta para devolverla a los bancos especuladores, ¿y cuál es la solución
de nuestros gobernantes?, pues fácil, si el pueblo no tiene bastante con no poder
pagar las hipotecas y quedarse sin sus casas embargando a tres generaciones,
encima nos recortan en sanidad, educación, nos suben los impuestos, nos bajan
los salarios, suben el coste de los artículos de primera necesidad, condenan al
paro a cinco millones de españoles, y para que no podamos llevarlos a los
tribunales o les digas a la cara lo que piensas de ellos, nos cambian la ley de
justicia haciéndola casi inaccesible al pueblo, y nos imponen la ley del
silencio y la represión.
Señor Montoro, es evidente
que los “mercados no son gilipollas”, pero en esta historia o estafa “sí que
hay gilipollas”, “los gilipollas somos nosotros” que los tenemos que padecer, y lo que es peor aguantar
sus profecías, aunque como se suele decir “me joden los profetas porque todo lo
que predicen o es mentira, o no se
cumple”.
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