Es evidente que el PP a
puesto a Alberto Fabra al frente de la Generalitat para hacer limpieza y que
cuanto menos les salpiquen los escándalos mejor, exactamente igual que cuando
pusieron al frente de Bankia a Rodrigo Rato.
En su tarea de limpiar la
porquería del PP valenciano se ha encontrado con hueso muy duro de roer, ese
hueso no es otro que la Radio Televisión Valenciana, medio de comunicación que
se ha distinguido por su falta de control y despilfarro, donde todos los
partidos que llegaban al gobierno ponía a los suyos a dedo y adjudicaba
trabajos y contratos a empresas externas afines, desarrollando trabajos que
deberían haber asumido los trabajadores.
Llegado el momento de poner
remedio a esta enfermedad de la RTVV, al Sr. Fabra y su equipo de desgobierno
no se le ocurre otra cosa que hacer un ERE y quitarse del medio a la mitad de
la plantilla, pero claro echa a la calle a quien no tenía que haber echado, que
no son otros que la mayoría de profesionales que han entrado a formar parte de
la plantilla por oposición, quedándose en plantilla la mayoría de los impuestos
a dedo, ante esta injusticia la justicia a determinado la nulidad del ERE. La
reacción del Sr. Fabra y su equipo de gobierno es la más desafortunada, consistiendo
en el cierre del medio de comunicación. Para no readmitir a los empleados
despedidos de forma injusta, aluden a la burda comparación de que con ese
dinero se puede construir 57 colegios y 60 centros de salud, pero la realidad
es que si la RTVV continua y ellos pierden el control podemos enterarnos de los
desmanes acontecidos en la televisión de todos, y que últimamente ha estado en
manos de unos pocos. Seguramente la pretensión del PP es hacer pagar al pueblo
a través del préstamo de algún banco la desorbitante deuda del ente,
exactamente lo mismo que lo ocurrido con las cajas de ahorros.
Sr. Fabra, la gente ante las
declaraciones alarmistas y falsas que ustedes efectúan ponen en duda la
viabilidad de la RTVV, pero eso no es cierto, y ustedes lo saben, hay una
solución consistente en:
Primero, echen a la calle a
todos los que han entrado en el ente por el dedo divino de algún partido
político y dejen sólo a los profesionales que han entrado por oposición, con
este método reducirán la plantilla en más de un 50%.
Segundo, los noticiarios y
la programación deben estar en manos de periodistas profesionales e
independientes que no estén manipulados por nadie.
Tercero, la gestión del ente
debe ser efectuada por profesionales del funcionariado a los que se les exija
en el parlamento un rendimiento de audiencia y económico, o en el peor de los
casos por una empresa privada, donde sus beneficios no estén en función de una
reducción de costes sino en el mejor rendimiento social del dinero destinado a
la RTVV.
Cuarto, y el más importante
que ningún partido político quiera manipular el medio de comunicación que es de
todos nosotros.
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