El
día 6 de diciembre celebramos el día de la Constitución, esa carta magna que se
nos han vendido como la herramienta fundamental para conseguir una sociedad más
justa y equitativa para todos los españoles. Con el tiempo nos hemos dado
cuenta que su efecto ha sido todo lo contrario, y sobre todo con el primer
envite de los mercados neoliberales a través de la crisis.
Es
curioso que el PP y PSOE se rasguen las vestiduras cuando se habla de reformar
la Constitución para adaptar la sociedad actual, aludiendo que es la mejor
regla de juego para tener una convivencia estable entre todos los españoles. Esta
justificación se estrella con la
modificación del artículo 135, efectuada con alevosía y nocturnidad en el
verano de 2011, donde se transfiere la soberanía popular a la voluntad de los
mercados, admitiendo limitar el déficit del estado y dar prioridad a los
acreedores a la hora de cobrar, anteponiéndolos a las necesidades básicas del
pueblo, simplemente es “un asalto al sistema democrático y abrir las puertas a
los neoliberales mercados”.
Si
esa carta magna es tan seria como dicen y de obligado cumplimiento para todos,
los dos partidos mayoritarios no tienen ninguna fuerza ética para seguir
gobernando y pongo como ejemplo tres artículos:
El
artículo 14 dice: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda
prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión,
opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Este
artículo se lo ha cargado el exministro de justicia Gallardon (que en gloria
política este), poniendo unas tasas judiciales que hacen muy difícil que un
ciudadano acceda a la justicia.
El
artículo 27.4 dice: “La enseñanza básica es obligatoria y gratuita”.
Seguramente si le preguntamos a los padres por el coste de los libros en el mes
de septiembre te podrá aclarar lo de la gratuidad. Lo de obligatoriedad sólo se
aplica cuando los padres no llevan a los niños al colegio, pero cuando falla un
profesor en una clase no es obligatorio que la administración lo reemplace de inmediato.
El
artículo 35.1 dice: “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el
derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a
través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus
necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación
por razón de sexo”. Este artículo con cinco millones de parados ni lo comento.
El
80% de los artículos de la Constitución PP y PSOE se los han pasado por el arco
de triunfo sin pedirnos permiso, y sin montar aspavientos como en el tema de la
independencia de Cataluña. A mí me surge una pregunta, ¿si el cumplimiento de
la Constitución sirviese para aprobar o suspender a los partidos políticos en
sus legislaturas, habría aprobado algún partido de los que han gobernado?.
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