A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO.

Cuando estudiamos la historia de un país o de un pueblo, siempre nos encontramos una alianza inseparable entre la religión y las guerras. Todas las pinturas, las grabaciones, las esculturas y las edificaciones tienen alusiones a batallas y guerras entre pueblos y siempre claro está, bajo el beneplácito o la bendición de un o unos dioses, espíritus o cualquier ente intangible que transmite valor a los contendientes.

Quien invento las religiones o las creencias en dioses abrió la caja de pandora para someter a los pueblos, realmente fue un “genio”. La creencia en los dioses lleva consigo el miedo a ser castigado en el más allá o en la tierra, por actos en contra de los principios u obligaciones que imponen los dioses, que mira tú por donde, son normas u obligaciones transmitidos por los dioses a algún humano muy espabilado, convirtiéndose en el propietario de la verdad, dueño del destino de los pueblos y por supuesto de sus bienes y riquezas.

Cuando un poseedor o poseedores de la verdad divina, quiere imponer sus criterios o creencias sobre otro pueblo o simplemente quieren someterlo, usan la religión como arma espiritual que les ungen del poder necesario para montar una guerra y arrasarlo todo. Al final y que yo sepa, en la historia del mundo, ningún dios se ha quedado con el botín de las guerras, han sido los humanos sin escrúpulos que han masacrado a los pueblos para quedarse con sus tierras y riquezas. Estos individuos maquiavélicos de la avaricia, no pueden decirle al pueblo que vaya a la muerte por defender o incrementar sus bienes, usando el temor a lo divino, y prometiendo el paraíso terrenal y la limpieza del espiritual.

Esta forma de actuar se ha mantenido en los tiempos, basta con recordar a los egipcios, a los romanos, a los árabes, a la santa inquisición y ahora a los católicos contra los islamistas o viceversa. Detrás de todas las guerras hay una motivación religiosa o creencia espiritual que defiende lo material, y es que hay una frase que lo define todo “a Dios rogando y con el mazo dando”.