En
los últimos tiempos y como consecuencia de los resultados en las elecciones
europeas y la abdicación del Rey, nos hemos dado cuenta que ese edificio tan
maravilloso donde hemos vivido durante 39 años tiene algunos problemas graves
que no hemos querido ver. El español piensa que mientras se aguante el edificio
¡para que tocar nada!, sin pensar que eso que puedes arreglar ahora costara la
mitad que cuando se rompa.
Como
en toda comunidad hay puntos de vista distintos de un problema, por ejemplo:
“la aluminosis de los pilares del edificio”. Unos vecinos piensan que deben
asumir como natural el problema y pagar sin rechistar, otros los menos,
conformistas y luchadores piensan que es consecuencia de negligencias y que hay
que exigir responsabilidades. La misma situación ocurre con la corrupción de
algunos partidos y políticos, son la aluminosis que azota los pilares de
nuestro país, y los españoles siguen impasibles, sin tomar una decisión clara
sobre el problema.
Otro
de los problemas que presenta el edificio es la fachada. Se está cayendo y ya
hemos tenido algún disgusto. La fachada de un edificio resume el estatus social
de los vecinos o sus gustos a la hora de elegir el símbolo que les represente.
Pues bien, aunque los vecinos no hayan elegido el tipo de fachada, cosa que en
su día hizo el arquitecto, sí que es cierto que eligieron si el edificio les
gustaba o no, y la opción de comprarlo o no. Trasladando este problema a
nuestro país, el arquitecto que decidió como debería ser la fachada tenía un
gusto estético bastante lamentable, me estoy refiriendo al dictador Francisco
Franco, y su decisión de que la fachada de nuestro país fuese una Monarquía. La
verdad es que todos en aquel momento aceptamos esa opción, porque entre otras
cosas no había más edificios donde elegir, ni colores, ni arte ni libertad para
elegir, pero las cosas han cambiado y la fachada tiene muchas y peligrosas
grietas que hay que reparar.
Otro
de los grandes problemas del edificio es la instalación eléctrica y de agua. La
electricidad y el agua son los elementos que mantienen vivo el edificio y a sus
habitantes. La instalación eléctrica está en tan mal que en cualquier momento
se puede provocar un grave incendio. Las tuberías del agua están colapsadas y
no son capaces de llevar el agua al primer piso, las cañerías colapsada de
tanta defecación depositada. Si la comunidad toma la decisión de no hacer nada,
está abocada a su desaparición. A este país le pasa lo mismo, los medios que
hacen que una sociedad subsista están colapsados de tanta porquería que han
soportado, pero nuestros gobernantes en lugar de sanear la instalación y
regenerarla, lo que hacen es recortarla, la escalera y el zaguán están a
oscuras y el agua no pasa del primer piso, pero eso a ellos poco les importa,
no viven en comunidades, viven en lujosas casas unifamiliares, llevan a sus
hijos a escuelas privadas, y cuando tienen un problema de salud acuden a sus
clínicas privadas.
Como
en cualquier comunidad de vecinos la Junta es soberana y decide su futuro,
claro está bajo la manipulación interesada del Administrador de turno y de
algún vecino con o sin interese creados. La Junta es soberana para decidir qué
es lo que debe cambiarse o reformarse, o incluso tirarla abajo y hacer un
edificio nuevo. Nuestro país no deja de ser una comunidad de propietarios,
donde asuntos tan importantes como la continuidad de la monarquía o la
modificación de la forma de gobierno deben ser aprobados a por el pueblo, y
como en ocurre en las comunidades, el que no acude a votar estará de acuerdo con
la decisión de los que votan, teniendo derecho a criticar las decisiones
tomadas, pero no tendrá derecho a cambiar nada, me estoy refiriendo a ese casi
60% que no vota, pero que luego protesta o lo critica todo, y sobre todo cuando
lo que se decide es hacer una reforma integral del edificio y tiene un coste
muy alto.
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