Los
científicos dicen que cuando llega la primavera en el mundo de los seres vivos
se produce una explosión de vida y metamorfosis, por ejemplo renacen los
capullos y se presentan los primeros trastornos alérgicos y emocionales en el
ser humano. Yo no estoy en contra de las teorías científicas, pero seguramente con
el cambio climático resulta que los capullos nacen durante todo el año.
Mi
teoría sobre los cambios en el comportamiento de los seres humanos como
consecuencia de la llegada de la primavera no se basa en cuestiones naturales,
sino en cuestiones materiales o espirituales y para justificar mi teoría pondré
dos ejemplos.
Ejemplo
primero: Con la llegada de la primavera los retoños entre 7 y 9 años se
preparan para tomar su primera comunión, que en el 90 % de los casos también es
la última. Esto que según los creyentes debería ser un acto espiritual, se
convierte en los primeros síntomas de la metamorfosis del que paga la fiesta.
La metamorfosis comienza al principio de la primavera con la compra del traje
de Sisi Emperatriz o el traje de marinerito, aunque ahora todos quieren ser
generales. Le sigue la elección del restaurante y el menú, que pese a la que
está cayendo, los precios son como si se tratase de una boda, si se te ocurre
preguntar en el restaurante por el menú especial del día, todos incluidos tu
compañera te miran con cara de desprecio, aceptando el traje más caro de la
tienda y el menú similar al de una boda. En el cuerpo del pagano se empieza a
notar la metamorfosis y los procesos de alergia. Las erupciones cutáneas
comienzan el día antes de la comunión, pues tu casa parece el camarote de los
hermanos Marx, no paran de entrar familiares y amigos trayendo unos regalos que
no sirven para nada, pareciendo la cama del retoño una tienda de los chinos de
todo a cien. La jornada termina con la casa hecha unos zorros y la botella de
whisky añejo que con tanto amor guardabas vacía, gracias a alguno de esos especimenes
que no son de la familia denominados
cuñados. La jornada de la comunión termina con una comida desastrosa y,
con el dueño del restaurante entregándote una nota con una cifra muy por encima
de lo presupuestado, como consecuencia de los abusos en las cervezas del
principio de la comida y los cubatas de después, consumidos por esa banda de
delincuentes denominados cuñados. Las manchas de la piel se convierten en
heridas cuando le dices al dueño del restaurante, que lo que te ha entregado
por factura es una nota escrita en una servilleta y que tu quieres una factura,
te mira de arriba abajo como perdonándote la vida y te dice que si te hace una
factura te cobra un 21% de IVA, y que no merece la pena pagar esa cantidad para
mantener a tanto mangante y políticos, y tu como ya no tienes fuerzas ni para
mantenerte en pie te callas, te vas para tu casa cabizbajo y con 3000 € menos
en la cuenta, o lo que es peor con un préstamo de 3000 €.
El
segundo ejemplo es la declaración de renta que tenemos que hacer cuando llega
la primavera, pero como este tema también es muy extenso y el primero ha
ocupa
do mucho tiempo, lo dejare para otro momento.
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