El
PP gano las últimas elecciones generales y conquisto el poder según el señor
Montoro de una manera “aplastante”. Quedémonos con esta palabra que nos va a
explicar muchas cosas.
Con
esta victoria han “aplastado” TVE. Han cortado todas sus cabezas sin tener en
cuenta premios y reconocimientos internacionales a su buen hacer y a su
exquisita independencia profesional.
Se
la tenían jurada, ahí están Pepa Bueno, Ana Pastor y toda una pléyade de
grandes profesionales que se han visto en la calle de la noche a la mañana. Sus
puestos han sido ocupados por una caterva de empleado de T.V. Madrid, ejemplo
claro de cómo besar la mano que te da de comer.
Han
“aplastado” la sanidad pública con normas estrictas para, por ejemplo reducir analíticas,
placas, resonancias, etc.… . Niegan asistencia médica a los sin papeles
condenando a muchos de ellos a la muerte.
Han
impuesto un copago en las medicinas con la excusa peregrina, mentirosa de que
la sanidad pública es “gratuita”, ¡Alto ahí!, ¿gratuita quiere decir que Rajoy
o Ana Mato nos “regalan”, la salud?. Ya tenemos aquí un juego perverso con las
palabras. La sanidad pública no es gratuita, la pagamos nosotros con nuestros
impuestos. El Rey también ha usado esa sanidad pública que entre todos hemos
pagado, y dijo que “tenemos que estar
orgullosos de nuestra sanidad“. Yo no sé si él cotiza, pero se vio beneficiado
de las aportaciones que hacemos todos, de manera que de sanidad pública y
gratuita, nada de nada.
Han
aplastado la enseñanza pública en beneficio de la concertada y la privada, con
la escandalosa división entre niños de comedor y niños de fiambrera, algo que
nos devuelve a los tiempos del Auxilio Social.
Han
aplastado toda ideología de avanzadilla social tales como el respeto a otras
ideas, a los que no son como yo, a la convivencia en paz entre pensamientos
distintos. Imponen su verdad única e indisoluble, y si no la aceptas ya eres de
los otros. Pero ¿Quiénes sois vosotros para adueñaros de la verdad?, es más:
¿qué es la verdad?.
Han
aplastado la libertad de la mujer para decidir sobre su cuerpo con unas
motivaciones, razonamientos que sonrojan a los que vivimos en el siglo XXI.
Están gobernando en contra
de su programa electoral porque se lo impide la realidad de España. Pero
entonces ¿para quienes hicieron ese dichoso programa electoral?, ¡para la
Patagonia!. ¿No conocían la realidad de España?, me extraña mucho, cuando
tenían y tienen todas las mañanas montones de informes sobre “la realidad” de
España. Por lo tanto esas excusas, como todas las que se van inventando sobre
la marcha, suena a poco pensada, a poco creíbles, pero le echan la culpa a la “aplastante
realidad” y ya está, tan tranquilos ellos y tan jodidos nosotros.
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