En
una esquina muy comercial de este viejo solar patrio, un vendedor ha instalado
su puesto ambulante, ha abierto una maleta y de ella ha sacado unos impresos
que ha colocado ordenadamente sobre un paño encima de la maleta.
¡¡ A ciento sesenta, a ciento sesenta, se venden, a
ciento sesenta!!.
No
era un vendedor al uso, vestía traje bien cortado y de buen paño, calzaba
firmas caras y en todo él se reflejaba la figura de todo un subsecretario de la
Hacienda Pública. La curiosidad de los transeúntes pronto rodeó su punto de
venta.
Los
transeúntes se preguntaban:
- ¿Qué
vende este señor tan bien plantado?.
En
los papeles pone: “Permiso de residencia”, ¡y lleva el escudo de España!.
Los
transeúntes se miran y responde:
- ¡Pero
si tu y yo somos de aquí, ya residimos aquí!.
-
Pues eso creo yo, además, ¡no son a 160, sino
a 160.000 €!.
- ¡Qué
dices, están locos!. ¿Quién puede pagar esa barbaridad?.
Los
transeúntes han descubierto el engaño. El precio ya es de por si exclusivista.
No es para la mano de obra barata de albañilería, ni para las que acompañan a
abuelitas, ni para los recogedores de frutas elegidos muy temprano en las
plazas de los pueblos sin seguridad social ni gaitas, y con jornales de miseria.
Las
garitas aduaneras de antaño se han convertido en oficinas inmobiliarias
repartidas por toda Europa, dirigidas como era de esperar, por especuladores
financieros. La única pregunta que le hacen al comprador es: ¿tiene usted
160.000 € en metálico para comprar una vivienda?, si la respuesta es
afirmativa, le ofrecen una vivienda en la costa mediterránea española, y encima
un permiso de residencia para que no tengas problema con la policía, aunque
tengan cara de ruso o rumano mafioso. Deben abstenerse de comprar viviendas los
negros europeos, no sea que la policía se confunda con un negro subsahariano y
tengamos un conflicto internacional.
Estamos
gobernados por el capital que ha prostituido la democracia.
Cuando
el PSOE abrió la mano a los emigrantes para que viniesen a trabajar, al PP se
le lleno la boca diciendo que era un “efecto llamada”. ¿Ahora el PP como le
llama a este efecto?.
España
se va a convertir en el prostíbulo del mundo, peor que la Cuba de Batista.
Entre Euro – Vegas y el permiso de residencia tan barato para ellos, esto va a
ser el refugio soñado para blanquear dinero y esconderse de la justicia.
¡¡
A 160 a 160 señoras y señores!!. Continua gritando en la esquina un señor muy
aparente.
Artículo
original escrito por el seudónimo Afer.
No comments:
Post a Comment