Cada vez que analizo la situación social y política de nuestra sociedad, me retrotraigo con mi especial máquina mental del tiempo a la “Edad Media”.
Por los escritos de la Edad Media, y lo que nos han contado en algunas películas, la situación actual no difiere mucho de la de entonces. y para explicarme tomare como referencia los impuestos que la gente corriente pagaba y paga.
Antes los del fisco, denominados en palabras de la gente corriente “lacayos del rey o del señor feudal”, llegaban al pueblo y les quitaban los cerdos, los pollos y cualquier cosa comestible, entregándoles a cambio la gracia del rey, hambre y miseria. Para compararlo con la situación actual, tomare el ejemplo del recibo del agua que la gente corriente pagamos, y para concretar, el de una señora mayor con una pensión de viudedad de 550€ al mes, o el de uno de esos miles, por no decir millones de parados que cobran el subsidio de desempleo mínimo. Pues bien suponiendo que consuman lo mínimo de agua, que eso da para ducharte como aconseja el amigo Chávez durante 3 minutos, pero eso sí, no una vez al día como prescribe, sino una vez a la semana si la familia es de dos personas, si son 4 componentes cada dos semanas y si la familia es de más de cuatro componentes una vez al mes, y la ducha de minuto y medio. Con estas medidas pasa lo que pasa, que volemos en las escuelas y los centros de trabajo a las esencias aromáticas de la edad media.
Respecto a lo de guisar, les aconsejo que usen vino en lugar de agua, pues usen el agua que usen, del grifo o en botella, resulta más caro un litro de agua que un litro de vino de crianza.
Volviendo a lo que nos ocupa, “lo que se paga por el agua”, resulta que de un importe trimestral del recibo medio de 80€, sólo 9 son de consumo de agua, el resto 71€ se distribuyen en impuestos y cánones, tales como:
Alcantarillado. Con la pasta que pagamos deberíamos tener alcantarillas nuevas todos los años y sin ratones, pero la realidad es otra, las alcantarillas no se cambian cuando se deterioran y ni siquiera se baldean, y los ratones son cada día ratas más gordas.
Del IVA ni hablo, ese lo pagamos siempre los mismos, la gente corriente, el resto siempre tiene algún truco financiero para no pagar ni un euro.
Pero el que más nos toca la moral es el “TAMER”, la Tasa por Prestación del Servicio Metropolitano de Tratamiento y Eliminación de Residuos Urbanos, una tasa que nuestros queridos políticos sean del color que sean, se han sacado de la chistera. Esta tasa en el último recibo nos la han multiplicado por 3, pasando de pagar una media trimestral de 11€ a 33€, todo un desatino por no denominarlo de otra forma, y más cuando salen a la luz pública desaguisados como los casos Gurtel, Emarsa y otros de muchos colores.
Si a una pensión media de 600€ al mes, le quitamos 80€, lo único que nos queda al igual que a nuestros congéneres de la Edad Media es el hambre y la miseria, pero eso sí, nos diferenciamos con ellos, en que nuestras basuras y miserias estarán cada una en su sitio correcto, o por lo menos eso es lo que nos hacen creer, aunque sepamos que en realidad toda la basura no está recogida y en su sitio.
Por los escritos de la Edad Media, y lo que nos han contado en algunas películas, la situación actual no difiere mucho de la de entonces. y para explicarme tomare como referencia los impuestos que la gente corriente pagaba y paga.
Antes los del fisco, denominados en palabras de la gente corriente “lacayos del rey o del señor feudal”, llegaban al pueblo y les quitaban los cerdos, los pollos y cualquier cosa comestible, entregándoles a cambio la gracia del rey, hambre y miseria. Para compararlo con la situación actual, tomare el ejemplo del recibo del agua que la gente corriente pagamos, y para concretar, el de una señora mayor con una pensión de viudedad de 550€ al mes, o el de uno de esos miles, por no decir millones de parados que cobran el subsidio de desempleo mínimo. Pues bien suponiendo que consuman lo mínimo de agua, que eso da para ducharte como aconseja el amigo Chávez durante 3 minutos, pero eso sí, no una vez al día como prescribe, sino una vez a la semana si la familia es de dos personas, si son 4 componentes cada dos semanas y si la familia es de más de cuatro componentes una vez al mes, y la ducha de minuto y medio. Con estas medidas pasa lo que pasa, que volemos en las escuelas y los centros de trabajo a las esencias aromáticas de la edad media.
Respecto a lo de guisar, les aconsejo que usen vino en lugar de agua, pues usen el agua que usen, del grifo o en botella, resulta más caro un litro de agua que un litro de vino de crianza.
Volviendo a lo que nos ocupa, “lo que se paga por el agua”, resulta que de un importe trimestral del recibo medio de 80€, sólo 9 son de consumo de agua, el resto 71€ se distribuyen en impuestos y cánones, tales como:
Alcantarillado. Con la pasta que pagamos deberíamos tener alcantarillas nuevas todos los años y sin ratones, pero la realidad es otra, las alcantarillas no se cambian cuando se deterioran y ni siquiera se baldean, y los ratones son cada día ratas más gordas.
Del IVA ni hablo, ese lo pagamos siempre los mismos, la gente corriente, el resto siempre tiene algún truco financiero para no pagar ni un euro.
Pero el que más nos toca la moral es el “TAMER”, la Tasa por Prestación del Servicio Metropolitano de Tratamiento y Eliminación de Residuos Urbanos, una tasa que nuestros queridos políticos sean del color que sean, se han sacado de la chistera. Esta tasa en el último recibo nos la han multiplicado por 3, pasando de pagar una media trimestral de 11€ a 33€, todo un desatino por no denominarlo de otra forma, y más cuando salen a la luz pública desaguisados como los casos Gurtel, Emarsa y otros de muchos colores.
Si a una pensión media de 600€ al mes, le quitamos 80€, lo único que nos queda al igual que a nuestros congéneres de la Edad Media es el hambre y la miseria, pero eso sí, nos diferenciamos con ellos, en que nuestras basuras y miserias estarán cada una en su sitio correcto, o por lo menos eso es lo que nos hacen creer, aunque sepamos que en realidad toda la basura no está recogida y en su sitio.
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