En el mensaje de las Navidades del año 2010 su Majestad el Rey dijo:
“Si queremos ganar el futuro, debemos mirar más allá, estimular ilusiones y fortalecer capacidades, sabiendo que juntos llegaremos siempre más lejos. Por todo ello para salir de la crisis y asegurar nuevos horizontes de prosperidad y de bienestar, necesitamos unidad responsabilidad y solidaridad, estos son los mejores aliados para vencer dificultades y alimentar nuestras esperanzas. Creo que la actual situación ha puesto de relieve lo evidente, de cómo le vaya a España depende como le vaya a cada uno de los españoles, por eso no caben actitudes individuales ni colectivas de indiferencia o de egoísmo, que a la postre nos dañan a todos. Nada que valga la pena se consigue sin renuncias y sin entrega, es preciso fomentar el ejercicio de grandes valores y virtudes como la voluntad de superación, el rigor, el sacrificio y la honradez, valores y virtudes cuya ausencia no es ajena al origen de la crisis, que son consustanciales a toda sociedad justa y equitativa”.
Como hacen todos los medios de comunicación, voy a hacer mi propia valoración y opinión de este trozo del discurso.
Estimada Majestad, la gente corriente no queremos ganar el futuro, queremos que nos devuelvan el futuro que nos han robado, futuro que ganamos por nuestra capacidad y por nuestra lucha basada en la unión, unidad que se han cargado los denominados mercados y la ambición de algunos políticos y sindicatos.
Respecto de que “cómo le vaya a España depende como le vaya a cada uno de los españoles”, le puedo informar que a España no sé cómo le irá por ahí fuera, lo que sí sé es que a 5 millones de españoles les va muy mal, consecuencia de actitudes individuales o colectivas de indiferencia o de egoísmo, y si no que le pregunten a los que los bancos desahucian por no poder hacer frente a las hipotecas con que indiferencia y egoísmo les tratan los bancos.
Majestad, usted dice “nada que valga la pena se consigue sin renuncias y sin entrega, es preciso fomentar el ejercicio de grandes valores y virtudes como la voluntad de superación, el rigor, el sacrificio y la honradez”, pues bien, le recomiendo que cree su propio Ministerio Real de Fomento para fomentar dentro su ámbito de responsabilidad el rigor, el sacrificio y la honradez.
Para cerrar mi propio Mensaje de Navidad, quiero transmitir a mis queridos oyentes un soplo de esperanza e ilusión en el futuro.
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