Cada vez que el PP pone en práctica su catecismo, noto como una especie de ansia corporal, este síntoma en términos médicos se llama “encabronamiento”. El problema de mi ansiedad es que tiene difícil solución, no se cura ni aunque gobierne el PSOE o IU. Pero bueno dejemos a un lado mi ansiedad, y hablemos del culpable de mi estado.
La amnistía fiscal que propone el PP para los que han saqueado las arcas del estado, me parece y usando un término suave, una falta de respeto para el pueblo, y me pregunto, ¿cómo es posible que los “delincuentes especuladores” que han saqueado las arcas del estado, a través de las cajas de ahorro con el consentimiento de nuestros políticos tengan ahora “amnistía fiscal”?. Sólo hay una respuesta, nuestros políticos le deben muchos favores a esos delincuentes especuladores, y lamentablemente el favor más importante que les deben a estos delincuentes es el haber llegado al poder, poniendo en tela de juicio nuestro estado democrático a través de las urnas.
Para razonar mi respuesta propongo al gobierno, que nos trate a todos de la misma forma que a estos delincuentes, es decir:
ü Que los que tenemos la suerte de trabajar, en lugar de pagar el actual IRPF paguemos el 10%.
ü Que tengamos las mismas deducciones en la seguridad social que los empresarios.
ü Que nos reinviertan de forma directa el IVA que pagamos los consumidores al efectuar nuestras compras, de la misma forma que se lo reducen a las multinacionales y grandes empresas.
ü Que tengan amnistía fiscal la gente normal cundo tienen que pagar a los ayuntamientos plusvalías y demás impuestos.
ü Que a las gentes desahuciadas de sus casas por estar parados y no poder pagar los prestamos, se les devuelvan sus casas.
ü Y mil propuestas más que no caben este articulo.
Si los actuales partidos políticos que pueden gobernar son capaces de promover una amnistía fiscal a estos delincuentes, pero no pueden promover ni uno sola de mis propuestas, justifica que la democracia no se decide en las urnas, y que el pueblo es un mero instrumento sin valor ni peso especifico en un sistema capitalista liberal.
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